Es de esperar  que los impactos económicos combinados con la pandemia y la crisis mundial del petróleo, afecten fuertemente las ventas de vehículos eléctricos;  y de acuerdo a un reciente análisis de Bloomberg predice una caída del 18% en las ventas este año. Sin embargo, muchas de las  flotas comerciales y responsables de políticas estatales, continúan avanzando en sus planes de electrificar camiones y autobuses, incluso en estos tiempos inciertos.

Pruebas de todo esto, lo estamos viendo en todo el mercado de vehículos de cero emisiones. Los operadores de flotas continúan acelerando sus inversiones en electrificación, para cumplir con sus compromisos climáticos a largo plazo, así como, con los requisitos de política a corto plazo.

Forbes coloca como ejemplo de esto a Lyft, que recientemente anunció que convertirá toda su flota a 100% eléctrica para 2030, dejando en claro que las flotas corporativas están listas para invertir en la transición hacia un futuro de cero emisiones.  El avance continuo de California con una regla crítica para avanzar en camiones limpios, empujando a los fabricantes a continuar su desarrollo de alternativas de cero emisiones. A pesar de las condiciones económicas actuales y de los precios históricamente bajos del diesel, casi el 90% de los gerentes de flotas corporativas todavía ven los vehículos eléctricos como el «futuro inevitable». Mientras tanto, la calidad del aire se ha convertido en un problema cada vez más destacado en la era de COVID, que está agregando presión social a las empresas y los formuladores de políticas para abordar la contaminación de los vehículos sucios.

En resumen, con el objeto de seguir siendo competitivos y proteger su marca, los tomadores de decisiones de la flota deben mantener el pie en el acelerador de electrificación.

Un punto muy importante es que, por primera vez en décadas, en las zonas críticas de contaminación del aire como Los Ángeles y Mumbai, las personas están viendo los beneficios del aire limpio, pero por una razón que nadie hubiese deseado. Esto dejará una impresión por mucho tiempo,  incluso cuando la disminución global en los viajes en automóvil y avión regrese a la normalidad, y las ciudades vean que los niveles de contaminación nuevamente se vayan incrementando.

Sin embargo, varios de los contaminantes más peligrosos son invisibles y no están disminuyendo al ritmo que la gente piensa. De acuerdo a reciente información de NPR, el tráfico en los EEUU ha disminuido un 40% en las últimas dos semanas de marzo, pero el ozono a nivel del suelo, solo disminuyó un 15% o menos. Se sabe que la meteorología y otros contaminantes juegan un papel importante en la formación de ozono, la explicación más plausible es que los vehículos de servicio mediano y pesado, como camionetas de reparto y camiones, permanecieron en circulación durante el cierre de COVID. Todo esto acentúa la importancia de continuar presionando por la electrificación de camiones y autobuses en nuestras comunidades durante y después de la pandemia.

Estudios recientes están haciendo la conexión entre el aire sucio y el riesgo de COVID. Según los CDC, las personas con ciertas afecciones médicas subyacentes, como el asma o las enfermedades respiratorias crónicas, pueden estar en mayor riesgo de enfermedad grave por COVID-19.

Estos hechos podría poner el aire limpio más arriba en la lista de lo que más le importa a la gente. Con el objeto de mantener los cielos limpios y despejados, los propietarios de las flotas y las ciudades están viendo un aumento en las campañas de presión pública, lo que empuja a los tomadores de decisiones a priorizar la electrificación de camiones y autobuses incluso después de la pandemia.

Pese a que los precios del petróleo han alcanzado mínimos históricos en los últimos meses, las proyecciones muestran que probablemente volverán a subir en algún momento. Sería útil eliminar la volatilidad del precio del combustible de la lista de cosas, por lo que, en estos momentos de tanta incertidumbre económica, los propietarios de flotas ya no deben preocuparse. Cuando un propietario de una flota está invirtiendo en vehículos eléctricos, lo hace también, en un futuro más estable, seguro y resistente, además de costos de energía más confiables.

Los camiones y autobuses eléctricos se vuelven cada vez, más baratos y más competitivos que sus homólogos de diesel. A pesar del costo inicial de capital generalmente más alto, debido a los menores costos de operación, mantenimiento y combustible, los propietarios de flotas pueden ahorrar dinero al electrificar sus flotas. Ésto debe estar en la parte superior de su lista,  a medida que los propietarios de flotas buscan formas de recuperarse de esta recesión económica y reducir los costos.

En estos tiempos de crisis e inestabilidad económica, la naturaleza humana está en dejarse llevar hacia lo que es familiar, evitando el riesgo.  Sin embargo, los propietarios de flotas tienen el potencial de crear menos riesgos y más ahorros al no sucumbir al miedo y continuar avanzando con los planes de electrificación. También tienen el potencial de tener un impacto enormemente beneficioso en la salud humana, creando así,  un futuro más brillante para nuestro mundo después de la pandemia.

 

Fuente: Forbes